Los directores de la estatal presentan su renuncia unánime por falta de decisiones del gobierno frente a la crítica situación económica de la empresa.
Este martes, 10 de septiembre, el directorio completo de la petrolera estatal peruana Petroperú presentó su renuncia, tras no recibir una respuesta clara del Gobierno peruano ante las reiteradas advertencias sobre la crítica situación financiera que atraviesa la empresa. La salida masiva del directorio se debe a lo que califican como una «insostenibilidad financiera», que venía siendo señalada en múltiples ocasiones desde el inicio de su gestión, según un comunicado oficial publicado en la página web de la compañía.
El directorio, presidido por Oliver Stark y nombrado por la Junta General de Accionistas (JGA) de Petroperú, explicó que su renuncia obedece a la imposibilidad de seguir adelante con su trabajo en las condiciones actuales. «Consideramos que hemos cumplido con la responsabilidad asignada, pero en las circunstancias actuales, resulta inviable continuar con el encargo recibido», expresaron en el comunicado.
Falta de respuesta gubernamental
El documento también subraya que la situación financiera de Petroperú ha sido motivo de preocupación para el directorio desde el inicio de su gestión. En varias oportunidades, se alertó al Gobierno sobre la necesidad de tomar medidas urgentes para evitar que la empresa continúe acumulando pérdidas y deudas que comprometen su sostenibilidad. Sin embargo, tras varios días sin recibir un pronunciamiento oficial, los directores tomaron la decisión de renunciar en bloque.
Además, los exmiembros del directorio señalaron que no se consideran responsables de las consecuencias de cualquier normativa que pueda aprobarse a partir de su salida. «Dejamos constancia de que no nos hacemos responsables de los alcances ni de las consecuencias de cualquier norma legal que eventualmente se apruebe, ni de la oportunidad en que se realice», manifestaron.
Situación financiera de Petroperú
Petroperú, una de las empresas más importantes del sector energético peruano, ha enfrentado serias dificultades financieras en los últimos años. La deuda acumulada hasta diciembre de 2023 ascendía a la cifra alarmante de 6.112 millones de dólares, mientras que sus pérdidas se aproximaban a los 800 millones de dólares. La compañía también enfrenta desafíos operativos con la reciente construcción de la refinería de Talara y la administración del Oleoducto Norperuano, ambos proyectos clave para la empresa pero que han exigido grandes inversiones.
A pesar de estos problemas, el Gobierno peruano, encabezado por la presidenta Dina Boluarte, descartó en su momento cualquier posibilidad de privatizar Petroperú. El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, afirmó que el papel de Petroperú en el abastecimiento de combustibles en zonas remotas del país debe seguir garantizado. Sin embargo, también reconoció que la empresa enfrenta deudas «significativamente grandes» que requieren medidas drásticas para su recuperación.
Propuestas del directorio
El ahora exdirectorio de Petroperú había planteado soluciones para aliviar la crisis financiera de la compañía, incluyendo la entrega de la administración de la empresa a una entidad privada y la reducción de sus activos al mínimo necesario. Estas propuestas, presentadas hace un par de meses, buscaban aliviar la carga financiera y mejorar la operatividad de la compañía. Sin embargo, hasta la fecha de la renuncia, el Gobierno no había emitido una respuesta oficial.
Oliver Stark, quien presidía el directorio, había sido claro en sus declaraciones sobre la necesidad de reducir la injerencia política en la gestión de la empresa. A fines de agosto, incluso sugirió que se considere la quiebra o la liquidación de Petroperú, dado que la empresa no parecía tener un camino claro hacia su recuperación financiera. «Queremos extirpar la injerencia política en Petroperú para que la empresa pueda tener una gestión más eficiente», declaró Stark.
El futuro de Petroperú
El futuro de Petroperú queda ahora en manos del Gobierno y de las decisiones que se tomen en las próximas semanas. El Ejecutivo ha mencionado la posibilidad de que sea una Oficina de Gestión de Proyectos (PMO, por sus siglas en inglés) la encargada de liderar un proceso de reestructuración y resurgimiento de la empresa. Este modelo ya ha sido utilizado con éxito en otros países para gestionar proyectos complejos y mejorar la eficiencia operativa de grandes empresas estatales.
No obstante, las dudas sobre el futuro de Petroperú persisten, especialmente en lo que respecta a su capacidad de seguir operando en las condiciones actuales. La empresa es clave para el suministro de combustible en regiones alejadas de la Amazonía y zonas altoandinas, donde no llega la oferta privada, lo que añade una capa de complejidad a cualquier decisión que se tome sobre su futuro.