La capital francesa cierra sus Juegos Olímpicos con una ceremonia emotiva, dejando la antorcha en manos de Los Ángeles para 2028
Tras dos semanas y media de emociones y logros deportivos, París cerró sus Juegos Olímpicos con una deslumbrante ceremonia de clausura, repleta de guiños a la cultura francesa y con la mirada puesta en Los Ángeles 2028. El evento, realizado en el icónico Stade de France, congregó a cerca de 70,000 espectadores, quienes fueron testigos del fin de una edición histórica.
La ceremonia comenzó con la extinción del pebetero, un impresionante anillo de siete metros de diámetro que había iluminado los jardines de las Tullerías desde la inauguración el 26 de julio. El encargado de apagar la llama olímpica fue el nadador francés Léon Marchand, quien se destacó en estos Juegos con cuatro medallas de oro. Al llevarse la llama en una pequeña lámpara dorada, Marchand marcó el final de una era y el inicio de la espera para la siguiente cita olímpica en Los Ángeles.
El espectáculo continuó con un homenaje a la música francesa, donde se escucharon clásicos como «Sous le ciel de Paris» y «Les Champs Elysées», interpretados por Zaho de Sagazan y otros artistas, arrancando aplausos y vítores de los presentes, incluido el presidente Emmanuel Macron. La emotiva velada concluyó con un impresionante show de fuegos artificiales que iluminó el cielo parisino, dejando a todos con la promesa de un regreso espectacular en 2028.