La caída de una estructura clave expone las deficiencias en mantenimiento y supervisión de las carreteras concesionadas en el Perú
El reciente colapso del puente en el kilómetro 75 de la Panamericana Norte, en Chancay, ha puesto en evidencia los problemas de gestión y mantenimiento de la infraestructura vial en el país. La caída de la estructura, que provocó que un bus interprovincial y un automóvil terminaran en el río Chancay, ha generado una ola de cuestionamientos sobre la supervisión y responsabilidad de las concesionarias encargadas del mantenimiento de estas vías.
Este incidente no solo interrumpió la transitabilidad en una de las rutas más importantes del país, sino que también dejó en claro que la falta de inversión y fiscalización en la infraestructura vial puede traer consecuencias graves. Mientras las autoridades buscan soluciones temporales, la ciudadanía exige respuestas y medidas concretas para evitar que hechos como este se repitan en el futuro.
Un colapso anunciado
El derrumbe del puente no fue un hecho aislado ni un accidente fortuito. Conductores y residentes de la zona habían reportado anteriormente signos visibles de deterioro en la estructura, pero sus alertas no fueron atendidas a tiempo. Especialistas en infraestructura han señalado que una estructura de esta magnitud no colapsa de la noche a la mañana, sino que muestra señales de desgaste progresivo que pueden ser detectadas con inspecciones regulares.
El puente formaba parte de la red vial concesionada a la empresa Norvial, encargada de su mantenimiento. Sin embargo, la falta de acciones preventivas ha puesto en entredicho la eficacia del modelo de concesiones viales en el país. Según informes preliminares, no se habrían realizado los trabajos de refuerzo necesarios para garantizar su estabilidad, lo que llevó al colapso de la estructura.

La respuesta del gobierno y las soluciones temporales
Tras el colapso del puente, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) anunció la instalación de un puente modular como medida de emergencia para restablecer el tránsito en la zona. Aunque esta solución permitirá recuperar la conectividad en la Panamericana Norte, los especialistas advierten que es un paliativo y no una solución definitiva al problema de la infraestructura vial.
El ministro de Transportes, Raúl Pérez-Reyes, declaró que se han iniciado investigaciones para determinar si hubo negligencia por parte de la concesionaria encargada del mantenimiento del puente. Asimismo, indicó que se revisará el estado de otros puentes concesionados para prevenir futuros colapsos.
Deficiencias en el mantenimiento vial en el Perú
El caso del puente de Chancay no es el único que ha puesto en evidencia los problemas de mantenimiento de la infraestructura vial en el país. Según un informe del Colegio de Ingenieros del Perú, más del 60% de los puentes del país requieren mantenimiento urgente, y muchos de ellos presentan fisuras, corrosión y desgaste estructural.
Los expertos advierten que la falta de inversión en mantenimiento es una bomba de tiempo. En lugar de destinar recursos para la conservación de las estructuras existentes, muchas veces se priorizan nuevas construcciones sin garantizar la durabilidad de las ya existentes. Esta falta de planificación a largo plazo es una de las principales causas de incidentes como el ocurrido en Chancay.
¿Quién es responsable del colapso?
El colapso del puente ha desatado una serie de cuestionamientos sobre la responsabilidad de la empresa concesionaria Norvial y del Estado en la supervisión del mantenimiento. Mientras la concesionaria es responsable del mantenimiento de la infraestructura, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones es el encargado de fiscalizar que estas labores se cumplan de manera adecuada.
Sin embargo, la falta de inspecciones rigurosas y la ausencia de sanciones efectivas para las empresas que no cumplen con sus obligaciones han permitido que muchas estructuras lleguen a un estado crítico sin intervención alguna. Este modelo de gestión ha sido cuestionado en diversas ocasiones, pero los cambios estructurales en el sistema de concesiones viales siguen siendo una tarea pendiente.
El impacto en la población y el comercio
El colapso del puente no solo afectó la transitabilidad, sino que también tuvo un impacto directo en la economía local. La Panamericana Norte es una de las principales rutas de transporte de mercancías y productos agrícolas, y su interrupción ha generado pérdidas económicas para comerciantes y transportistas.
Además, el caos vehicular generado por los desvíos ha complicado la movilidad en la zona, afectando a miles de conductores que dependen de esta vía para sus actividades diarias.
Un llamado a la acción: lo que se debe hacer para evitar más colapsos
Este incidente debe ser un punto de inflexión para mejorar la gestión de la infraestructura vial en el país. Algunas de las acciones urgentes que deben tomarse incluyen:
- Mayor fiscalización: Implementar inspecciones periódicas obligatorias a todas las estructuras viales concesionadas y garantizar que las empresas cumplan con el mantenimiento requerido.
- Sanciones efectivas: Aplicar multas y sanciones severas a las concesionarias que no cumplan con sus compromisos de mantenimiento.
- Inversión en infraestructura: Destinar un mayor presupuesto al mantenimiento preventivo de puentes y carreteras en lugar de esperar a que colapsen para intervenir.
- Participación ciudadana: Crear canales de comunicación efectivos para que los ciudadanos puedan reportar fallas en la infraestructura y que estas sean atendidas de inmediato.
El colapso del puente en Chancay es una advertencia clara de lo que puede ocurrir si no se toman medidas urgentes en la gestión de la infraestructura vial. No se trata solo de reconstruir lo que se ha perdido, sino de garantizar que la historia no se repita en otro punto del país.