Empresarios inescrupulosos, autoridades cómplices y un Congreso servil: la cadena de irresponsabilidad que permitió la tragedia evitable de Real Plaza Trujillo.
El colapso del techo del centro comercial Real Plaza Trujillo no es solo una tragedia, es el reflejo de un sistema podrido por la impunidad y la avaricia. Seis personas murieron, decenas quedaron heridas y cientos podrían haber corrido la misma suerte si este siniestro hubiera ocurrido en otro momento del día. Pero, ¿quiénes son los verdaderos responsables? ¿Cuánto tiempo más se permitirá que las constructoras, autoridades y empresarios sigan lucrando a costa de la seguridad de la gente?
Un proyecto defectuoso desde el inicio
Los informes técnicos revelan que el techo del Real Plaza Trujillo no cumplía con los estándares mínimos de seguridad. La cúpula con curvatura insuficiente y un drenaje defectuoso convirtieron la estructura en una trampa mortal. Este desastre no fue un accidente: fue una ejecución deficiente de un proyecto donde el lucro pesó más que la ingeniería.
Culpables Directos:

Intercorp Retail: Matriz de Real Plaza, que permitió la operación de una estructura sin garantías de seguridad.

Schmidt y Chávez-Tafur Ingenieros S.R.L. (SCHT): Supervisores de la construcción, que no alertaron sobre las fallas evidentes.
Empresarios que Juegan con la Vida de la Gente
Los responsables de Real Plaza sabían que el centro comercial tenía deficiencias estructurales. Sin embargo, no hicieron nada. Lo dejaron operar, permitiendo que miles de personas caminaran diariamente bajo una estructura que, con la más mínima acumulación de agua, se desplomó como un castillo de naipes.
Los Culpables en la Sombra:

Misael Shimizu: Gerente General de Real Plaza, quien no garantizó las inspecciones adecuadas.

Carlos Rodríguez Pastor: Dueño de Intercorp y responsable máximo de la administración de Real Plaza.
Autoridades Ciegas, Sordas y Cómplices
La Municipalidad de Trujillo tenía la obligación de fiscalizar este centro comercial. Sin embargo, a pesar de las advertencias previas, permitieron que siguiera operando. Es evidente que la corrupción o la inoperancia jugaron un papel crucial para que este desastre ocurriera. ¿Cuánto dinero se movió bajo la mesa para que estas deficiencias fueran ignoradas?
Culpables Políticos:
Personal del Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI): No actuaron con rigurosidad para garantizar la seguridad del centro comercial.

Mario Reyna Rodríguez: Alcalde de Trujillo, principal responsable de la inacción municipal.

Municipalidad de Trujillo: Otorgaron licencias sin fiscalización real y permitieron la operación del establecimiento.
Facilitadores de la Catástrofe
El Congreso de la República también tiene sangre en las manos. En los últimos años, algunos congresistas han trabajado activamente para flexibilizar las normativas de seguridad en centros comerciales. ¿Por qué? Porque beneficia a los grandes grupos empresariales, esos mismos que financian campañas y garantizan favores políticos.
Congresistas Culpables:

Alejandro Cavero (Avanza País): Defendió proyectos que permitieron que locales operaran sin fiscalización estricta.

Adriana Tudela (Avanza País): Impulsó un proyecto para eliminar la vigencia de los certificados ITSE, debilitando la fiscalización.

Maricarmen Alva (No agrupada): Intentó extender la vigencia de los ITSE de dos a diez años.

Diego Bazán (Avanza País): Se opuso a medidas de clausura preventiva en centros comerciales.
Un Crimen con Culpables Claros
El derrumbe del Real Plaza Trujillo no fue un error, no fue una fatalidad imprevisible: fue el resultado de un sistema corrupto, donde empresarios priorizan el dinero sobre la seguridad y donde las autoridades miran hacia otro lado. No basta con lamentar las pérdidas, es momento de exigir sanciones ejemplares.
Si este crimen queda impune, ¿Cuántas vidas más se perderán antes de que el Perú entienda que la negligencia también mata?