La Municipalidad de Lima cierra 15 accesos al emporio comercial de Mesa Redonda buscando seguridad y orden, mientras el comercio informal desafía las medidas en plena temporada navideña.
En una Lima que palpita al ritmo del comercio navideño, las calles de Mesa Redonda han vuelto a convertirse en el escenario de una batalla campal entre orden y descontrol. Con medio millón de visitantes diarios registrados, la Municipalidad Metropolitana de Lima implementó esta semana una medida drástica: el cierre de 15 accesos al concurrido emporio comercial. Sin embargo, la iniciativa rápidamente encontró resistencia por parte de los vendedores ambulantes, quienes derribaron las rejas instaladas y volvieron a tomar las vías públicas en cuestión de horas.
Una bomba de tiempo que urge desactivar
Mesa Redonda, un punto neurálgico para las compras de fin de año, ha sido históricamente símbolo de abundancia, caos y peligro. En 2001, un incendio devastador cobró la vida de 277 personas, dejando una herida imborrable en la memoria colectiva. A pesar de las lecciones del pasado, la zona sigue enfrentando problemas estructurales, desde la proliferación de almacenes clandestinos hasta el desbordado comercio informal. Este año, con la llegada de la temporada navideña, las aglomeraciones han alcanzado niveles alarmantes, obligando a las autoridades a tomar medidas preventivas.
“Estamos actuando en cautela de la vida y salud de los ciudadanos. Estas restricciones buscan evitar tragedias y garantizar un tránsito peatonal más fluido”, afirmó Mariella Falla, gerente de Fiscalización de la Municipalidad de Lima.
Sin embargo, la implementación del plan no estuvo exenta de controversias. Ciudadanos y comerciantes formales han expresado su frustración ante las limitaciones, argumentando que la medida podría perjudicar el flujo comercial en una de las épocas más lucrativas del año.
Puntos cerrados: ¿orden o caos?
Entre las medidas más controvertidas se encuentra el cierre de 15 accesos clave en el área de Mesa Redonda. Las calles restringidas incluyen:
- Jr. Huallaga con Av. Abancay
- Jr. Ucayali con Av. Abancay
- Jr. Santa Rosa con Av. Abancay
- Jr. Cusco con Av. Abancay
- Jr. Puno con Av. Abancay
- Jr. Ayacucho con Av. Nicolás de Piérola
- Jr. Andahuaylas con Av. Nicolás de Piérola
- Jr. Puno con Jr. Paruro
- Jr. Cusco con Jr. Paruro
- Jr. Santa Rosa con Jr. Paruro
- Jr. Ucayali con Jr. Paruro
- Jr. Huallaga con Jr. Paruro
- Jr. Andahuaylas con Jr. Huallaga
- Jr. Ayacucho con Jr. Huallaga
- Av. Abancay con Jr. Huallaga
Estas restricciones buscan reducir la afluencia de vendedores ambulantes y mejorar el flujo peatonal en una zona que, durante diciembre, se convierte en un hervidero de actividad. No obstante, el descontento de los comerciantes informales ha llevado a enfrentamientos que evidencian la dificultad de imponer orden sin afectar la dinámica económica del lugar.
Ambulantes: entre la necesidad y la resistencia
Apenas instaladas las rejas metálicas, los vendedores ambulantes, muchos de los cuales dependen de estas fechas para generar ingresos cruciales, no tardaron en desafiar las restricciones. En un acto de resistencia, derribaron las estructuras y ocuparon nuevamente las calles de jirones emblemáticos como Ucayali y Puno.
“Nosotros también tenemos derecho a trabajar. ¿Dónde nos quieren reubicar si no hay espacios?”, reclamó uno de los comerciantes informales.
¿Por qué ahora? El factor navideño
El timing de la medida no es casual. La temporada navideña transforma a Mesa Redonda en el epicentro del consumo limeño, atrayendo a miles de familias que buscan precios accesibles en juguetes, decoraciones y regalos. Sin embargo, esta misma masificación incrementa los riesgos, convirtiendo a la zona en una “bomba de tiempo”, como la calificaron algunos especialistas en seguridad ciudadana.
La Municipalidad, en un intento por evitar tragedias, ha coordinado con la Policía Nacional del Perú (PNP) y diversas áreas municipales para supervisar los accesos restringidos. Sin embargo, el caos persiste. Videos difundidos en redes sociales muestran la falta de control en algunas zonas y las dificultades para desalojar a los ambulantes.
El dilema de la seguridad y la tradición
Mesa Redonda no es solo un centro comercial; es un símbolo cultural que encapsula la esencia de las Navidades limeñas. Para muchas familias, recorrer sus abarrotadas calles es tan tradicional como la cena de Nochebuena. Sin embargo, el desorden y la inseguridad han llevado a cuestionar si esta tradición puede seguir siendo sostenible sin poner en riesgo vidas humanas.
Una Navidad en la cuerda floja
El cierre de accesos y los enfrentamientos en Mesa Redonda reflejan un problema urbano que trasciende las festividades. La lucha entre orden y tradición, necesidad y seguridad, coloca a la ciudad en un dilema complicado. A pocas semanas de Navidad, la Municipalidad enfrenta el desafío de lograr un equilibrio que no solo resguarde vidas, sino que también respete la vitalidad económica y cultural de un espacio que, aunque caótico, sigue siendo el corazón palpitante de Lima en estas fechas.
Mientras tanto, los limeños deberán navegar entre las rejas y la resistencia para disfrutar de una Navidad que promete ser, una vez más, tan intensa como contradictoria.